VIACRUCIS

Viacrucis dirigido por los miembros del equipo de la Pastoral de la Salud de la parroquia de Cercedilla, el 1 de abril de 2022

Las estaciones de este viacrucis no son las tradicionales, sino las propuestas por san Juan Pablo II en 1991.

Monición de Entrada

Contemplemos la Pasión, muerte y resurrección de Cristo, con la mirada puesta en tantos hermanos nuestros que llevan a cuestas la cruz de la soledad, de la enfermedad o de sus muchos años. Y tengamos un especial recuerdo para aquellos que se encuentran en sus últimos días. Que, puestos sus ojos en Cristo, su fe no flaquee y esperen que también para ellos van dirigidas aquellas palabras que Jesús pronunció en la cruz: «Hoy estarás conmigo en el Paraíso».

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Oración

Señor, concédenos amarte de tal modo que no veamos estas escenas solo como espectadores compungidos, sino que arda en nosotros el fuego del amor que tu Santo Espíritu infunde en nuestros corazones. Que, viendo tu entrega hasta la muerte y la entereza de tu Madre Santísima, nos llenemos de gratitud hacia ti y de arrepentimiento por nuestros pecados. Santa María, Madre de Dios y madre nuestra, intercede por nosotros para que el camino que ahora vamos a recorrer junto a tu Hijo, se haga realidad en nuestra vida y hagamos en todo la voluntad de nuestro Padre que está en los cielos. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Breve pausa de silencio

Viacrucis. Cercedilla – 1 de abril de 2022

Primera estación del viacrucis. JESÚS EN EL HUERTO DE LOS OLIVOS

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos / R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo.

Lectura: Mc 14,32-36

Van a una propiedad, llamada Getsemaní, y dice a sus discípulos: «Sentaos aquí, mientras yo hago oración». Toma consigo a Pedro, Santiago y Juan, y comenzó a sentir pavor y angustia. Y les dice: «Mi alma está triste hasta el punto de morir; quedaos aquí y velad». Y, adelantándose un poco, cayó en tierra y suplicaba que a ser posible pasara de él aquella hora. Y decía: «¡Abbá, Padre!, todo es posible para ti; aparta de mí este cáliz; pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieras tú».

Viacrucis. Meditación

Jesús sabe que va a ser torturado y está muerto de miedo. Y, puesto en oración, suplica al Padre que le libre del tormento. Junto a él están sus íntimos: Pedro, Santiago y Juan. Los mismos que presenciaron su transfiguración, presencian ahora esta nueva transfiguración. Aquél que comenzaba su oración presa del pánico, sale ahora al encuentro de quienes buscan matarlo. Aquí ya está contenido todo el valor redentor de la muerte de Cristo, que no está en las torturas que sufrió, sino en la entrega voluntaria de la propia vida. «No sea lo que yo quiero, sino lo que quieras tú». Ahí está contenida nuestra salvación. Este es el sacerdocio de Cristo y también el nuestro como cristianos.

Oración

Oremos. Señor, enséñanos a orar como tú, para que entremos con la nuestra y salgamos con la tuya y no al revés. Y socórrenos en nuestras necesidades. En este día te pedimos especialmente por los enfermos y por los ancianos de nuestra parroquia. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Padrenuestro

V. Pequé, Señor, pequé / R. Ten piedad y misericordia de mí

viacrucis
Viacrucis por las calles de Cercedilla – 1 de abril de 2022

Segunda estación del viacrucis. JESÚS ES TRAICIONADO POR JUDAS Y ARRESTADO

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos / R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura: Mc 14,43-46

Todavía estaba Jesús hablando, cuando de pronto se presenta Judas, uno de los Doce, acompañado de un grupo con espadas y palos, de parte de los sumos sacerdotes, de los escribas y de los ancianos. El que le iba a entregar les había dado esta contraseña: «Aquel a quien yo dé un beso, ese es, prendedle y llevadle con cautela». Nada más llegar, se acerca a él y le dice: «Rabbí», y le besó. Ellos le echaron mano y le prendieron.

Viacrucis. Meditación

La escena sugiere que van por el monte en busca de un peligroso malhechor. Sin embargo, Judas saluda a Jesús como si tal cosa. ¡Qué tremenda contradicción! ¡Qué gran hipocresía! Lo suyo hubiera sido que Judas señalase a Jesús con el dedo y, dirigiéndose a sus acompañantes, se hubiera referido a Jesús para acusarlo. Pero no. Judas le llama Maestro y lo besa delante de todos. Ese beso tuvo que herir a Jesús más que un escupitajo, y ese ser llamado «Maestro», seguramente se le clavó en el alma como un puñal. Apresado por sus enemigos. Traicionado y abandonado por sus amigos. En definitiva, solo y condenado a muerte antes siquiera del simulacro de juicio al que fue sometido.

Oración

Oremos. Perdón Dios mío por nuestras traiciones y nuestra falta de coherencia. Por nuestra mediocridad cuando a tu Hijo le salimos tan caros. Haz que, conscientes de todo lo que sufrió por nosotros, desborde nuestro corazón de gratitud. Danos un sexto sentido para descubrir el sufrimiento que muchas veces se oculta detrás de una sonrisa. Y concédenos la gracia de saber acompañar con amor a quienes nos necesitan. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Padrenuestro

V. Pequé, Señor, pequé / R. Ten piedad y misericordia de mí

Tercera estación del viacrucis. JESÚS ES CONDENADO POR EL SANEDRÍN

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos / R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura: Mc 14,55. 60-62. 64

Los sumos sacerdotes y el Sanedrín entero andaban buscando contra Jesús un testimonio para darle muerte, pero no lo encontraban.

Entonces se levantó el Sumo Sacerdote y, poniéndose en medio, preguntó a Jesús: «¿No respondes nada? ¿Qué es lo que estos atestiguan contra ti?». Pero él seguía callado y no respondía nada. El Sumo Sacerdote le preguntó de nuevo: «¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?». Jesús respondió: «Sí, yo soy, y veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra del Poder venir entre las nubes del cielo».

[Entonces dijeron]: «Habéis oído la blasfemia. ¿Qué os parece?». Y todos juzgaron que era reo de muerte.

Viacrucis. Meditación

Las autoridades religiosas judías habían decidido previamente que Jesús tenía que morir. Pero pretendían guardar las apariencias. Por eso, Jesús no responde a ninguna de las preguntas del Sumo Sacerdote. Sin embargo, Jesús no puede guardar silencio cuando le preguntan si él es el Cristo, si es el Hijo de Dios. Para esto había venido al mundo, para dar testimonio de la Verdad. Por eso no se limita a decir que sí, sino que responde a lo grande anunciando incluso su segunda venida delante de todo el Sanedrín. Jesús se revela así ante los máximos representantes del judaísmo. Y es esta revelación el argumento definitivo para que ellos lleven a cabo sus perversos propósitos.

Oración

Oremos. Señor, tú tienes palabras de Vida Eterna. Gracias por no defenderte cuando no valía la pena. Gracias por dar testimonio de la Verdad cuando te lo pidieron. Ayúdanos a comportarnos así como cristianos. Ayúdanos a huir de los debates estériles y de las palabras vacías y a dar testimonio de nuestra fe con sencillez y a cualquier precio. Tú que vives por los siglos de los siglos. Amén.

Padrenuestro

V. Pequé, Señor, pequé / R. Ten piedad y misericordia de mí

Cuarta estación del viacrucis. JESÚS ES NEGADO POR PEDRO

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos / R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura: Mc 14,66-72

Estando Pedro abajo en el patio, llega una de las criadas del Sumo Sacerdote y al ver a Pedro calentándose, le mira atentamente y le dice: «También tú estabas con Jesús de Nazaret». Pero él lo negó: «Ni le conozco, ni sé de qué hablas» y salió fuera, al portal. Le vio la criada y otra vez se puso a decir a los que estaban allí: «Este es uno de ellos». Pedro lo negó de nuevo. Poco después, los que estaban allí volvieron a decir a Pedro: «Sí, tú eres de ellos, pues además eres galileo». Entonces se puso a soltar imprecaciones y a jurar: «¡Yo no conozco a ese hombre de quien habláis!».

Viacrucis. Meditación

En Pedro estamos representados todos nosotros. Los que tratamos de seguirle. Pedro negó a Jesús, porque estaba allí, porque no se fue a su casa. Y faltó muy poco para que le crucificaran junto a Jesús. Pero Dios tenía otros planes para él. Y esos planes contaban con el pecado gravísimo que acaba de cometer negando al Señor no una, sino tres veces. Sin embargo, al escuchar el canto del gallo, Pedro rompe a llorar. Dios siempre perdona al pecador que se arrepiente. Pero Dios hace mucho más: se sirve de nuestros pecados más graves para nuestro bien. Porque nos ayudan a conocer nuestra fragilidad, a ser más benevolentes con los demás y a confiar solo en Dios.

Oración

Oremos. Señor, ilumina con tu luz nuestro interior, para que seamos conscientes de nuestros pecados y nos dejemos curar por ti. Haz que no miremos hacia nosotros mismos, sino hacia la cruz de la que pendes. Y, si hace falta que cante el gallo para que despertemos de nuestro letargo espiritual, estemos dispuestos aunque sea a dormir en el gallinero. Tú que vives por los siglos de los siglos. Amén.

Padrenuestro

V. Pequé, Señor, pequé / R. Ten piedad y misericordia de mí

Quinta estación del viacrucis. JESÚS ES JUZGADO POR PILATO

Viacrucis
Viacrucis. Iglesia parroquial de san Sebastián. Cercedilla – Madrid

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos / R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura: Lc 23,1-4. 23-24

Y, levantándose todos los miembros del Sanedrín, le llevaron a Pilato. Comenzaron a acusarle diciendo: «Hemos encontrado a este alborotando a nuestro pueblo, prohibiendo pagar tributos al César y diciendo que él es Cristo Rey». Pilato le preguntó: «¿Eres tú el Rey de los judíos?». Él le respondió: «Sí, tú lo dices». Pilato dijo a los sumos sacerdotes y a la gente: «Ningún delito encuentro en este hombre».

Pero ellos insistían pidiendo a grandes voces que fuera crucificado y sus gritos eran cada vez más fuertes. Pilato sentenció que se cumpliera su demanda.

Viacrucis. Meditación

Jesús acaba de ser condenado por el Sanedrín bajo la acusación de blasfemia. Pero el Sanedrín no tenía competencias para dictar sentencia de muerte. Por eso acuden al prefecto romano de Judea. Pero ante Pilato esgrimen otros motivos. Así comienzan por acusarle de estar alborotando al pueblo. Pero Judea era una provincia muy pequeña, de modo que Pilato sabe que eso es mentira. Entonces acusan a Jesús de aspirar al trono de Judea, pero Pilato no se lo toma en serio. Finalmente, le organizan un escrache. Y, ahora sí, Pilato se asusta, porque se juega el puesto. Y así Pilato condena a Jesús a sabiendas de que está dictando una sentencia injusta.

Oración

Oremos. Señor, los poderosos de la tierra conspiran contra ti. Estás solo frente a quienes planean tu muerte. Te rogamos, Señor, que nunca miremos para otro lado cuando alguien está siendo injustamente tratado. Y danos fuerza para luchar por justicia, aunque ello resulte inconveniente para nuestros intereses. Tú que vives por los siglos de los siglos. Amén.

Padrenuestro

V. Pequé, Señor, pequé / R. Ten piedad y misericordia de mí

Viacrucis. Subida a la iglesia parroquial de san Sebastián – Cercedilla – 1 de abril de 2022

Sexta estación del viacrucis. JESÚS ES FLAGELADO Y CORONADO DE ESPINAS

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos / R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura: Mt 27,26-30

Entonces soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarle, se lo entregó para que fuera crucificado. Entonces los soldados del procurador llevaron consigo a Jesús dentro del pretorio y reunieron alrededor de él a toda la cohorte. Le desnudaron y le echaron encima un manto de púrpura; y, trenzando una corona de espinas, se la pusieron sobre su cabeza, y en su mano derecha una caña. Después doblaban la rodilla delante de él, y le hacían burla diciendo: «¡Salve, Rey de los judíos!»; y le escupían y le quitaban la caña para golpearle en la cabeza. Y después de haberse burlado de él, le quitaron el manto, le pusieron sus ropas y le llevaron a crucificarle.

Viacrucis. Meditación

Poco o nada sabemos de Barrabás, pero una cosa es cierta: a Barrabás le vino Dios a ver. De Jesús, los evangelios nos dicen que se lo llevaron para azotarle. Era el protocolo, el paso previo a la crucifixión. No así la coronación de espinas. Sencillamente, Jesús es entregado en manos de la soldadesca. La vida de un condenado a muerte de cruz no valía nada. La muerte en cruz era exclusiva de las clases bajas. Y el modo de la crucifixión era al arbitrio de los soldados. No había una forma única. De modo que los soldados pueden hacer con Jesús lo que quieran. Y así Jesús sufre una tortura añadida en su cuerpo y en su espíritu. Las espinas se clavan en su frente, mientras la esencia de su misión se convierte en diversión para la chusma.

Oración

Oremos. Dios mío, haz que con nuestras acciones nunca demos ocasión a que nuestra fe sea despreciada por los no creyentes. No permitas que nuestras palabras den ocasión a ensuciar tu santo nombre. Que nunca hagamos leña del árbol caído. Y danos un corazón limpio para descubrirte en el rostro del hermano que está en una situación difícil. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Padrenuestro

V. Pequé, Señor, pequé / R. Ten piedad y misericordia de mí

Séptima estación del viacrucis. JESÚS CARGA CON LA CRUZ

Viacrucis
Viacrucis. Iglesia parroquial de san Sebastián. Cercedilla – Madrid

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos / R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura: Jn 19,16-17

Entonces se lo entregó para que fuera crucificado. Tomaron, pues a Jesús y él, cargando con su cruz, salió hacia el lugar llamado Calvario, que en hebreo se llama Gólgota.

Viacrucis. Meditación

«Entonces se lo entregó». Con esta frase tan lapidaria resume Juan el mayor de los horrores. A partir de ese momento, los soldados podían hacer gala de su creatividad de la forma que quisieran. Mucho se ha discutido acerca de si a Jesús le taladraron la palma de las manos o las muñecas. Y también si estaba sentado en una especie de sillín o colgado directamente. No lo sabemos, porque no había una única forma de crucifixión. Eran los propios soldados quienes decidían si terminar cuanto antes o hacer sufrir más al reo prolongando su suplicio. Esto es lo que significa que «se lo entregó». Que Jesús está, desde ese momento, al albur de lo que quieran hacer con él unas gentes sin piedad.

Oración

Oremos. Perdón Jesús, por nuestra falta de gratitud. Perdón porque nos engañamos pensando que podemos ser cristianos dando un rodeo para no pasar por el Gólgota. No permitas Señor que pasemos de largo ante tantos hermanos nuestros que están sufriendo. Danos la fuerza de tu Espíritu para que, si no está en nuestra mano aliviar su dolor, podamos al menos aliviar su soledad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Padrenuestro

V. Pequé, Señor, pequé / R. Ten piedad y misericordia de mí

Octava estación del viacrucis. JESÚS ES AYUDADO POR EL CIRENEO

Viacrucis. Iglesia parroquial de san Sebastián. Cercedilla – Madrid

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos / R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura: Mc 15,21

Y obligaron a uno que pasaba, a Simón de Cirene, que volvía del campo, el padre de Alejandro y de Rufo, a que llevara su cruz.

Viacrucis. Meditación

Llama la atención la cantidad de detalles que nos dan de aquel a quien nosotros conocemos como el cireneo. Los testigos le conocían, sabían su nombre, cómo se ganaba la vida y quiénes eran sus hijos. Y estos detalles se han convertido para nosotros en palabra de Dios. Le tocó llevar la cruz de Jesús, como le podía haber tocado a otro. Podría parecer que le pillaron de casualidad, que fue más bien cuestión de mala suerte. Porque su solidaridad no tuvo nada de voluntaria. Simón de Cirene pasaba por allí, y le obligaron a llevar la cruz de Jesús. Nada, sin embargo, ocurre por casualidad y así la Iglesia guarda hasta el día de hoy el recuerdo de lo que hizo.

Oración

Oremos. Danos tu gracia, Señor, para cargar con tu cruz. La cruz del hambre, la sed, la falta de techo, la desnudez, la enfermedad o la privación de libertad de nuestros hermanos. Danos entrañas de misericordia y no permitas que los dejemos solos en su tribulación. Tú que vives por los siglos de los siglos. Amén.

Padrenuestro

V. Pequé, Señor, pequé / R. Ten piedad y misericordia de mí

Novena estación del viacrucis. JESÚS ENCUENTRA A LAS MUJERES DE JERUSALÉN

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Viacrucis. Iglesia parroquial de san Sebastián. Cercedilla – Madrid

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos / R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura: Lc 23,27-28

Le seguía una gran multitud del pueblo y mujeres que se dolían y se lamentaban por él. Jesús, volviéndose a ellas, dijo: «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos».

Viacrucis. Meditación

Los evangelios nos muestran a Jesús relacionándose con todo tipo de mujeres. Salva la vida de una adúltera que iba a ser lapidada. Se deja enjugar los pies por una prostituta. Evangeliza a una samaritana que, a su vez, evangeliza a su aldea… Y también tiene amigas. Su relación con Marta y María fue muy especial. En el camino hacia el Gólgota están también presentes. Jesús se dirige expresamente a ellas para profetizar la caída de Jerusalén que tendría lugar algunos años después. No lloréis por mí, les dice. No hay tiempo para lamentaciones. Jesús es el leño verde, mejor arderá el seco. Y así Jesús llama a la conversión por última vez, y lo hace dirigiéndose a las mujeres que lo seguían.

Oración

Oremos. Concédenos, Señor, permanecer unidos a ti como sarmientos vigorosos tuyos. Haznos libres, como tú lo eres, para no hacer acepción de personas. Y concédenos la gracia de verte en los enfermos y en los ancianos que visitamos, para que ellos puedan sentir tu presencia por medio nuestro. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Padrenuestro

V. Pequé, Señor, pequé / R. Ten piedad y misericordia de mí

Décima estación del viacrucis. JESÚS ES CRUCIFICADO

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Viacrucis. Iglesia parroquial de san Sebastián. Cercedilla – Madrid

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos / R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura: Mc 15,24-26

Le crucifican y se reparten sus vestidos, echando a suertes a ver qué se llevaba cada uno. Era la hora tercia cuando le crucificaron. Y estaba puesta la inscripción de la causa de su condena: «El Rey de los judíos».

Viacrucis. Meditación

Jesús es despojado de sus vestiduras. El testimonio de los evangelistas parece indicar que fue despojado de toda su ropa sin excepción. Humillado de todas las formas posibles, en el extremo de la vulnerabilidad, finalmente es exhibido desnudo a la vista de todo el pueblo. Para un judío esto era doblemente humillante. Por otra parte, la inscripción que Pilato mandó poner en la cruz es peor que una mentira. Es una caricatura que ridiculiza ante todo el pueblo la misión que su Padre le encomendó. Su vocación es convertida en chanza, y su sagrado cuerpo destrozado por la flagelación es expuesto para satisfacer el morbo del populacho.

Oración

Oremos. Perdón, oh Dios, por nuestra mediocridad. Porque, a pesar de ver a Jesús colgado en la cruz, todavía andamos calculando riesgos. Haz que el sufrimiento de los demás no nos sea indiferente. Y que, al estar ahí para ellos, no busquemos nuestra propia satisfacción interior, sino que comprendamos que ese y no otro es el culto que tú deseas recibir. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Padrenuestro

V. Pequé, Señor, pequé / R. Ten piedad y misericordia de mí

Undécima estación del viacrucis. JESÚS PROMETE SU REINO AL BUEN LADRÓN

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos / R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura: Lc 23,39-43

Uno de los malhechores colgados le insultaba: «¿No eres tú el Cristo? Pues ¡sálvate a ti y a nosotros!». Pero el otro le reprendió diciendo: «¿Es que no temes a Dios, tú que sufres la misma condena? Y nosotros con razón, porque nos lo hemos merecido con nuestros hechos; en cambio, este no ha hecho nada malo». Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando vayas a tu Reino». Jesús le dijo: «Yo te aseguro: hoy estarás conmigo en el Paraíso».

Viacrucis. Meditación

«Yo te aseguro». Ese «yo» recuerda la forma de hablar de Dios en el libro del Éxodo. «Yo soy el que soy». «Yo-soy me envía a vosotros». A punto de morir, Jesús habla como Dios para decirle al buen ladrón: «hoy estarás conmigo en el Paraíso». Promesa consignada como palabra de Dios por san Lucas. Ningún santo tuvo jamás tal honor. Aprender de san Dimas es para nosotros de vital importancia. Él sale en defensa de Jesús frente a quien le estaba insultando. Lo hace con caridad y sin amenazas, tratando de infundir temor de Dios en el mal ladrón. San Dimas se reconoce pecador. Confiesa su fe en Jesús y su esperanza en la salvación. Buen programa de vida para todos nosotros.

Oración

Oremos. Te pedimos Señor por todos aquellos que están próximos a morir. Para que experimenten tu consuelo y tú los recibas en la patria celestial. Y te pedimos también por nosotros mismos, para que no confiemos en nuestras fuerzas, sino en el poder de tu divina misericordia. Tú que vives por los siglos de los siglos. Amén.

Padrenuestro

V. Pequé, Señor, pequé / R. Ten piedad y misericordia de mí

Duodécima estación del viacrucis. JESÚS CRUCIFICADO, LA MADRE Y EL DISCÍPULO

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos / R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura: Jn 19,26-27

Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo». Luego dice al discípulo: «Ahí tienes a tu madre». Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa.

Viacrucis. Meditación

¿Dónde están ahora aquellos parientes que un día acompañaron a María con la intención de llevarse a Jesús a casa? Ellos querían a Jesús a su manera. Y, en este momento, seguro que estaban lamentando no haber conseguido su propósito. Mientras tanto, allí estaba María sola a los pies de su hijo agonizante. ¿Cabe desgarro mayor? Sin embargo, junto a ella estaba el discípulo a quien Jesús amaba. En él estábamos todos representados. Y Dios lo vuelve a hacer una vez más. Lo hizo con Sara, lo hizo con Ana, y también con Isabel. Ahora, en la plenitud de los tiempos, lo hace con María. Y aquella que acaba de quedarse sin su hijo único, se convierte así en madre de todos los creyentes.

Oración

Oremos. Te pedimos, oh Dios, por todas aquellas personas traspasadas por la soledad y la tristeza. Haz que, por medio de nuestro amor, puedan descubrir el amor que tú las tienes. Transforma su llanto en gozo y ayúdales a descubrir que la soledad no es ausencia física, sino un estado del corazón que no ha sido nunca amado. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Padrenuestro

V. Pequé, Señor, pequé / R. Ten piedad y misericordia de mí

Decimotercera estación del viacrucis. JESÚS MUERE EN LA CRUZ

viacrucis
Viacrucis. Iglesia parroquial de san Sebastián. Cercedilla – Madrid

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos / R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura: Lc 23,44-46

Era ya cerca de la hora sexta cuando, al eclipsarse el sol, la oscuridad cayó sobre toda la tierra hasta la hora nona. El velo del Santuario se rasgó por medio y Jesús, dando un fuerte grito, dijo: «Padre, en tus manos pongo mi espíritu» y, dicho esto, expiró.

Viacrucis. Meditación

Jesús ha puesto su espíritu en manos de su Padre. Es la hora de Dios. Ante la muerte de Jesús solamente cabe el silencio.

Breve pausa de silencio

Oración

Oremos. Gracias Señor porque has muerto por mí. Y perdón porque vivo de espaldas a la cruz. Porque actúo como si tú no hubieras muerto para salvarme. Porque, sabiendo cuánto me amas, vivo como los que no lo saben. Tú eres mi Dios, yo te adoro y mi corazón está lleno de gratitud porque sé que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Padrenuestro

V. Pequé, Señor, pequé / R. Ten piedad y misericordia de mí

Decimocuarta estación del viacrucis. JESÚS ES DEPOSITADO EN EL SEPULCRO

Viacrucis. Iglesia parroquial de san Sebastián. Cercedilla – Madrid

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos / R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura: Jn 19,41-42

En el lugar donde había sido crucificado había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el que nadie todavía había sido depositado. Pusieron allí a Jesús, porque era el día de la Preparación de los judíos y el sepulcro estaba cerca.

Viacrucis. Meditación

Jesús es enterrado en un sepulcro nuevo. El sepulcro estaba en un huerto y era primavera. José de Arimatea había pedido a Pilato el cuerpo de Jesús, mientras que Nicodemo había comprado mirra y áloe para embalsamarlo. Todo parecería indicar que habían buscado para Jesús el mejor de los sepulcros. Sin embargo, es el propio evangelista quien nos dice sin rodeos que lo pusieron allí, porque tenían prisa y fue lo primero que encontraron. Así acontece siempre con la acción de Dios. Nosotros vamos a ciegas, tiramos por la calle de en medio sin pensar en más, y Dios realiza su obra perfecta valiéndose de nuestra torpeza.

Oración

Oremos. Perdona, oh Dios, nuestros pecados. Sírvete de nuestros torpes balbuceos para «saber decir al abatido una palabra de aliento» (cf. Is 50,4). Y haz que confiemos en ti de tal modo que no nos importe a dónde nos llevas, mientras escuchemos tu voz. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Padrenuestro

V. Pequé, Señor, pequé / R. Ten piedad y misericordia de mí

Decimoquinta estación del viacrucis. JESÚS RESUCITA DE ENTRE LOS MUERTOS

Viacrucis
Viacrucis Monasterio cisterciense de Calatrava. Moralzarzal – Madrid. Estación XV. Jesús resucita de entre los muertos

V. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos / R. Que por tu santa cruz redimiste al mundo

Lectura: Lc 24,13. 15. 28. 29. 30-31

Aquel mismo día [en el que resucitó Jesús], iban dos de sus discípulos a un pueblo llamado Emaús (…) Mientras ellos conversaban (…) Jesús se acercó y siguió con ellos (…) Al acercarse al pueblo a donde iban (…) entró a quedarse con ellos. Cuando se puso a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. Entonces se les abrieron los ojos y le reconocieron, pero él desapareció de su lado.

Viacrucis. Meditación

¡Cómo nos hubiera gustado ver a Jesús en vida, siquiera de lejos o subidos en un árbol como Zaqueo! ¡Lo que daríamos por una mirada suya! Sin embargo, aquellos que habían visto muchas veces a Jesús son ahora incapaces de reconocerle. Su corazón ardía mientras Jesús les explicaba las Escrituras, pero no reconocen su voz. Le invitan a entrar en su casa, porque piensan que no tiene dónde pasar la noche, pero no saben quién es. Le reconocen únicamente cuando parte para ellos el pan. Cuando celebra para ellos la Eucaristía, cuando entra en ellos bajo la apariencia de pan.

Oración

Oremos. Gracias, Señor, porque también entras en nuestra casa, porque también te sientas con nosotros a nuestra mesa, y porque también bendices para nosotros el pan, lo partes y nos lo das. Sabemos, Señor, que estás vivo y te haces presente en medio de nosotros. Sabemos que eres el mismo Jesús, que has resucitado, y que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Padrenuestro

V. Pequé, Señor, pequé / R. Ten piedad y misericordia de mí

Canto final: Ubi caritas

Sagrario en la capilla del Santísimo. Iglesia parroquial de san Sebastián. Cercedilla - Madrid
Sagrario en la capilla del Santísimo. Iglesia parroquial de san Sebastián. Cercedilla – Madrid

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